jueves, 6 de marzo de 2008

LAS ANTEOJERAS DEL DR. GARCÍA

Lucha de Ideas
por el Profesor Oscar Felipe Ventura


Con los mismos argumentos de los apologistas de la globalización neoliberal, el Dr. García ha publicado su artículo “El perro del hortelano contra el pobre” (El Comercio, 2-3-008), en que con extrema grosería critica a todos los que no comparten los puntos de vista del gobierno. Acusa a sus opositores de no entender los “cambios” que están ocurriendo en el país por lo que se convierten en activistas de la mentira. Acusa de pobreza intelectual desde la propia y demostrada indigencia intelectual que es la que ha conducido al marginalismo de la derecha radical, a la que Alan representa.

Tras datos y cifras, su mensaje está cargado de loas y alabanzas al libre mercado. Nos quiere hacer creer que “la riqueza es inocente de la pobreza, que la riqueza y la pobreza vienen de la eternidad”. Como si fuera algo original de su gobierno nos anuncia su preocupación por la pobreza, cuando es el propio Banco Mundial el que desde un tiempo atrás ha modificado su consigna de “más mercado y menos Estado” por otra: “mercados que funcionen bien y gobierno de mejor calidad”. Con este nuevo enfoque, que no cambia la esencia sino las formas, se propone promover políticas “activas, capaces de superar tanto las fallas del mercado como las del gobierno”, más “amigables”, “legitimadas políticamente y avaladas frente a los ciudadanos”.

¿Cómo explicar el súbito interés del Dr. García por los problemas sociales?. No es que de pronto lo conmueva la situación de las masas populares, sobre todo los más pobres y excluidos, sino que necesita recurrir a este disfraz por razones de táctica política y de maniobra social. Voceros de la derecha, los más enérgicos defensores del neoliberalismo, reclaman, al presidente no descuidar el tema social, ensimismado por el crecimiento.

El Dr. García no mira al país real, sino con anteojeras, por lo que lo hace de manera unilateral. Se jacta de que el gobierno está invirtiendo mucho a favor de los pobres; pero, atender los problemas del agua, electricidad, salubridad, construcción de carreteras, etc., es una obligación de todo gobierno, sobretodo si hay recursos. El problema de la pobreza y su solución está relacionado a reformas profundas y radicales en el marco de un Proyecto Nacional, que este gobierno no lo tiene. Una de las herencias que condicionó nuestra historia es la desigualdad social. Cuánto más desigual es un país, menor es el impacto del crecimiento económico en la reducción de la pobreza. Esta es la situación del Perú. En un país muy desigual la preocupación no debe ser sólo por crecer, porque el impacto de ese crecimiento en los pobres será mucho menor. Hay consenso entre los especialistas que el Perú es uno de los países de América Latina con una de las elasticidades más bajas de crecimiento y reducción de la pobreza. Esto significa que pese a una alta expansión económica, la pobreza no disminuye tanto como en otros países que con una tasa similar de crecimiento, logran mejores resultados en el campo social. Esos países tienen una mayor elasticidad entre crecimiento y pobreza; este no es el caso del Perú, Dr. García y usted lo sabe. Hay que sacarse las anteojeras.