viernes, 28 de marzo de 2008

LA IMPORTANCIA DEL RUMBO ESTRATÉGICO

LUCHA DE IDEAS
POR EL PROFESOR OSCAR FELIPE VENTURA

El reduccionismo de la lucha a la confrontación política con el gobierno aprista, como ayer contra el fujimorismo, luego con el toledismo, como si fueran autónomos y decidieran por si mismos – siendo importante y tácticamente fundamental – oculta el trasfondo del problema, la base sobre la cual se asentaron o asientan, que es en esencia, el hueso duro de roer. Lo que tenemos al frente es un gobierno de coalición de la derecha para sostener al neoliberalismo y los intereses de clase del gran capital especulativo e intermediario y de las transnacionales que representa, hoy con García como su máximo exponente político, como ayer lo fueron Fujirmori y Toledo.

Lo que se tiene que construir es, precisamente, la alternativa a ese proyecto desnacionalizador y depredador, desde una opción nacional, democrática y popular, que permita modificar la correlación política de fuerzas y fortalecer el movimiento de masas, acceder al gobierno y cambiar el rumbo por el que debe transitar el país hacia el desarrollo, el progreso, la independencia, la democracia participativa, la justicia social, la regeneración moral. Tarea gigantesca y compleja que no se agota en si misma, pero que puede y debe constituir un paso importante en todos los terrenos de lucha para seguir avanzando. Por eso es que la unidad a construir en el campo popular no se limita al número, a los votos que se gane para conseguir la victoria. Debe ser también la unidad en el propio movimiento sindical y popular como su columna vertebral; debe ser la unidad de la inteligencia, la unidad de la honestidad y la transparencia. Y, por cierto, la unidad de las fuerzas políticas que asumen el proyecto transformador.

Una tarea de estas dimensiones sólo es posible pensando y actuando con una visión estratégica, integral y de largo plazo, con un proyecto a realizar y no meramente caudillista. Con relación al candidato que represente este proyecto, tanto en las elecciones regionales y municipales, y sobre todo presidenciales, será el resultado de esta marcha colectiva y no al revés, la marcha colectiva consecuencia de la aspiración de un determinado candidato. Este esfuerzo requiere dar término al ciclo de la pequeña política, entendible para sostener un sistema que arrastra sus fracasos a lo largo de la vida republicana, pero inútil para llevar a cabo los grandes cambios que el país necesita; y, sobre todo para resistir de pie la dura ofensiva del gran capital, las transnacionales y el imperialismo. Cambio no significa sólo elegir un nuevo gobierno, sino el cambio del régimen, por consiguiente del estado mismo; y por supuesto, el cambio del modelo neoliberal.

Construir una alternativa verdaderamente transformadora, sólida y exitosa requiere un proyecto como punto de partida. Sobre esa base se puede unir en la diversidad. Se requiere sentar las bases de este proyecto unitario teniendo en cuenta la importancia del tiempo. Este año es clave, para luego en el siguiente ingresar con fuerza e iniciativa a la ofensiva. No olvidemos que la victoria se construye.