viernes, 25 de enero de 2008

TERCIO SUPERIOR





¿Será verdad que tiene carácter histórico la exigencia de pertenecer al “Tercio Superior” para ser docente público? ¿O es solamente un capítulo más del largometraje sin guión o con malos guionistas que filma hace rato el gobierno sobre calidad educativa, con actores que tampoco conocen su papel?

La calidad educativa, ansiado objetivo nacional, se ha convertido en una pesadilla del gobierno que no sabe cómo abordarla, embarcándonos en acciones aisladas, incoherentes, efectistas, superficiales.

La famosa “evaluación”, viga maestra de su concepción de calidad, llevada a cabo entre caos y violencia ¿en qué recodo hábrase extraviado? ¿Y los centenares de miles de computadoras para los estudiantes, base tecnológica de la calidad, en qué meandros se han perdido? ¿Y los “concursos”, siempre confusos, siempre incompletos, siempre cuestionados? Ahora nos invade el “Tercio Superior”, como quijotesco bálsamo “Fierabrás”, la “limpieza” de las aulas de infiltración senderista, que los profesores acusados de terrorismo no vuelvan a enseñar... ¿Y dónde anda el Proyecto del Consejo Nacional de Educación que el gobierno hizo suyo aparatosamente? En algún “ángulo oscuro del salón”, como en las rimas becquerianas, “esperando una voz que como Lázaro le diga, levántate y anda”.
Volviendo al Tercio Superior:

1.- ¿Qué harán quienes no estén en el “Tercio Superior”? Es decir, la mayoría. Con el baldón de ser incapaces, aún sin haber ejercido, terminarán de vendedores ambulantes, transitarán a la delincuencia o a la violencia con sus discriminados títulos a nombre de la Nación bajo el brazo.

2.- ¿Es una verdad absoluta que el “Tercio” agrupa siempre a los mejores y son incapaces los demás? Siendo un indicativo importante, no puede ser convertido en criterio absoluto y extremo. La experiencia da lecciones de magníficos estudiantes, que no los son profesionalmente y viceversa. Pertenecer al “Tercio Superior” no es, necesariamente, sinónimo de brillantez ni prueba anticipada de promisora profesionalidad.

3.- ¿Por qué no aplicarlo a otras profesiones? Médicos, por ejemplo. Solamente los del “Tercio Superior” deberían ejercer. Se supone que los demás producirían mortandad generalizada entre los pacientes. A los ingenieros, para que no se caigan puentes, edificios o se hundan carreteras. A los magistrados, que tienen poder sobre la libertad y los bienes de las personas. A los economistas, que manejan recursos y riquezas de la Patria. A los militares, para que no pierdan una guerra, si todavía hay alguna...

¿Y por qué no a congresistas, ministros, alcaldes, presidentes regionales, presidente de la República? ¿Qué tipo de Tercio Superior se les podría aplicar?
¿Y los que idearon, redactaron, aprobaron y firmaron el decreto supremo sobre el “Tercio Superior” habrán estado alguna vez en él?��

http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Rolando%20Bre%F1a%20Pantoja&seccion_nota=8