Oscar Felipe Ventura
La influencia del Banco Mundial en la agenda latinoamericana de modernización y cambio estructural fue notoria en la década del 90 y propició cambios en la retórica del capital humano (Para Luis Ratinoff, este concepto es producto del discurso de la globalización y de la lógica del mercado). Para el BM, el principal agente de regulación social es el mercado; al Estado le atribuye opciones compensatorias en casos de extrema desigualdad. La agenda neoliberal y la significativa disminución de la acción estatal en lo económico tienen, con la acción del BM, un directo complemento en lo educativo. Su táctica se centra en focalizar la atención en los sectores más empobrecidos – víctimas de las políticas de ajuste – la misma que por lo general está asociada a la idea de reducir gastos.
En el Perú la presencia del Banco Mundial persiste. En sucesivos documentos el BM se ocupa de la educación en el Perú. Algunos énfasis puestos en ellos pueden devenir en préstamos para abordarlos. En abril del 2007 presentó el documento Por una educación de calidad para el Perú. Estándares, rendición de cuentas y fortalecimiento de capacidades (BM 2006) en una ceremonia presidida por el actual ministro de educación. En este texto se sostiene que las inequidades en la educación y la baja calidad educativa tiene que ver con la falta de estándares en la educación, lo que permite que no se mida con la misma valla la educación de los peruanos más pobres y, sobre todo, de los que se encuentran en el interior del país (José Rivero: educación, Docencia y Clase Política en el Perú).
Para esta entidad, la necesidad de crear estándares está relacionada con el desarrollo de una cultura de la evaluación. Se postula la simplificación de dichos estándares, de modo que todos los comprendan. Un ejemplo persistente en la prédica de esta entidad financiera es que los niños deben estar en condición suficiente para leer correctamente sesenta palabras por minuto al finalizar el segundo grado. Para el BM, el mayor gasto en educación no tiene la urgencia que demandan entidades como el Consejo Nacional de educación, el Foro Educativo, el SUTEP, etc. Sus conclusiones señalan que el gasto en educación “no parece ser” una limitación vinculada con la mejora en los aprendizajes.
Las tesis del BM no corresponden a la necesidad de una reforma educativa que requiere con urgencia el país. El gobierno de coalición derechista sigue fiel a lo normado por esta entidad financiera. Insistir en que el problema de la baja calidad de los aprendizajes es fundamentalmente técnico y se resuelve técnicamente significa un reduccionismo pedagogista y una concepción unilateral que deja de lado otras explicaciones que conceptúan a la educación como un problema económico – social con implicancias políticas. En este contexto no debiera llamarnos la atención que la propuesta del Banco Mundial se haya superpuesto al propio Proyecto Educativo Nacional. El Ministro Chang, fiel implementador del neoliberalismo en educación, actúa bajo esta orientación.
T. 30-01-2008